Recuérdame, un día cualquiera, cuando tengas cuarenta años, mujer, dos hijos y una hipoteca. Sólo piensa en mí. Quizás un día pongan aquella película en la televisión, la que yo no paré de recomendarte hasta que la viste, y no puedas evitarlo. O comience a sonar esa canción en la radio mientras llevas a tu hijo a su entrenamiento de fútbol. Puede que pienses en aquella playa y sonrías en mitad de la arena recordando que fuimos los reyes de una de sus toallas. O tal vez tu hija te pregunte que hacías cuando eras joven y sin que puedas hacer nada aparezca mi imagen en tu cabeza. Simplemente eso, acuérdate de esta ilusa con la que compartiste un par de días y cuatro besos tontos.


Personillas adorables.

domingo, 11 de septiembre de 2011


-Creo que estos cuadrantes no nos van a hacer falta ¿sabes por qué?
-No.
-Porque nadie se despierta por la mañana queriendo a alguien y deja de quererle a la hora de la siesta, estuve ahí abajo dieciocho minutos, solo dieciocho, nadie deja de querer a nadie en dieciocho minutos, me da igual lo que me digas, se que me sigues queriendo.


Paso tiempo navegando entre el misterio y tu sabor…
Ya no me digas que me quieres, ya no me importa lo que sientes, porque aquel amor que me abrasaba ya no quema solo escuece.
Cuando te vas a acostar con alguien os ayudáis mutuamente a desnudaros, pero después te viste tú solo.
Moraleja: Nadie te ayuda después de que te jodan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario